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Pasado y presente

PASADO Y PRESENTE

Los primeros datos del poblamiento del valle se hallan en los restos prehistóricos del neolítico encontrados en la zona: hachas pulimentadas de Ezcaray, Ojacastro y Tres Fuentes (Valgañón) donde también se localiza una cueva-habitación.

Las tribus prerromanas de los Berones y Austrigones en particular ocuparon las tierras altas del Valle del Oja, dando origen a la toponimia vascuence que se reconoce en este valle.

Posteriores hallazgos nos hablan de sepulcros y objetos de origen romano encontrados en la zona, como monedas del emperador Trajano encontradas en el pago de Balanegra (posible emplazamiento militar y civil de los romanos, dependiente de la antigua Ojacastro).

Visigodos y musulmanes poblaron esta parte del valle, pero tras la expulsión de estos últimos el valle quedó despoblado.

FUNDACIÓN DE LA VILLA

Fue por los años 923-924, cuando el rey navarro don Sancho Garcés I se encarga de su repoblación, asegurando su dominio para aprovechar los recursos del suelo y dándole su nombre actual.

Merced a la política repobladora de los reyes García Sánchez de Navarra (918 – 970), vascones emigrados de las montañas alavesas y navarras trajeron consigo su lenguaje y sus voces euskaras, que se conservan en nuestros días.

Las aldeas de Ezcaray tienen nombres tan eufónicos como Altuzarra, Ayabarrena, Azárrulla, Cilbarrena, Bonicaparra, Turza, Urdanta, San Antón y Zaldierna.

La primera referencia histórica mencionando Ezcaray data del año 974, fecha en la que el rey Don Sancho de Navarra dona a San Andrés de Cirueña la iglesia de Santa María de Lueñe, concediéndole comunidad de pastos con Ezcaray y Ojacastro.

El nombre de Ezcaray es un topónimo vasco compuesto por “haitz” y “garay”, cuyo significado es “peña o roca alta”. Puede hacer referencia a “la picota de San Torcuato”, peña característica en la entrada del valle y que se alza en el margen derecho del rio Oja.

SIGLOS XI – XIII

En 1074, Ezcaray y el valle pasaron a formar parte definitivamente del Reino de Castilla cuando Alfonso VI anexionó toda La Rioja.Una vez que el valle dejó de ser frontera entre Navarra y Castilla los habitantes se desplazan a la actual ubicación de Ezcaray en la margen izquierda del rio Oja.

El primer documento del que se tiene constancia documental data de 1110. En él, Alfonso I el Batallador donaba al monasterio de Valvanera la ermita de “Santa María de Ubaga”, en Ezcaray”:

“Una casa quae vocitant Sancta María de Ubaho, quae est sita super Villam, quae vocitant Izcaray justa montem…”.

Este Santuario era muy venerado en el país y desde este año dependerá del monasterio de Valvanera, quien pondrá el monje de la ermita. Habitada hasta la abolición de las órdenes religiosas de España, en el siglo XIX, hoy tan sólo una humilde pared de mampostería, en el camino hacia la aldea de Cilbarrena, nos trae su recuerdo.

En el siglo XIII el Concejo de Ezcaray adquiere gran importancia; así lo demuestra el hecho documentado de que debían pagar más impuestos a la Diócesis de Burgos (35 maravedíes).

SIGLOS XIV – XVI

EL FUERO DE EZCARAY

Fecha clave para la villa fue el 24 de abril de 1312, cuando, estando celebrando cortes en Valladolid, el rey Fernando IV, el Emplazado, otorgó Fuero al Valle de Ezcaray, Ojacastro, Zorraquín y Valgañón  “…para que mejor se aumente y se conserve su población…”. Por este Fuero los habitantes del valle quedaban exentos del pago del portazgo de sus ganados, mercaderías, etc., excepto en las ciudades de Toledo, Murcia y Sevilla. Dejaba a los habitantes del Valle libres de todo pecho, tributo o empréstito, excepto “cinco maravedís de moneda nueva e non mas”.

Además, con el fin de favorecer la repoblación del valle, el Fuero concedía justicia propia a la villa, por lo que los malhechores que en él se refugiasen, debían ser defendidos y que la justicia no los pudiera sacar del valle. Nadie podía venir de fuera a juzgarlos.

“… es mi merced que los homes e mugeres homicianos e malfechores que se vinieren a acoger en el dicho Valle e en sus términos, sean defendidos e que ninguna Justicia non sea osada de entrar en el dicho Valle nin los pueda tomar nin sacar del, e si los quisieren sacar, que los vecinos e moradores del dicho Valle gelo defiendan e que non incurran en pena nin en calumnia por gelo ansi defender…”

El Fuero fue confirmado por el rey Alfonso XI y su esposa la reina Constanza el 14 de abril de 1326 y posteriormente por los Reyes Católicos el 26 de noviembre de 1484, aboliendo lo concerniente al acogimiento de delincuentes y deudores. En el texto de la enmienda se denomina oficialmente al territorio “Vadezcaray”.

Este Fuero fue impugando en dos ocasiones en sus años de existencia. La primera en el siglo XV cuando el señor del Valle, Don Pedro Manrique de Lara intentó avasallar a su pueblo haciendo caso omiso del privilegio Real. Y en la segunda en 1736, cuando la ciudad de Santo Domingo de la Calzada pretendió cobrar derecho de tránsito a los mercaderes de Ezcaray. En las dos ocasiones prevaleció el Fuero que siguió vigente hasta la retirada de los fueros en 1876, tras la Tercera Guerra Carlista.

En la Plaza de la Verdura se conserva “La Argolla del Fuero”, símbolo del pasado de la villa.

SEÑORÍO DE VALDEZCARAY
Se sabe que a finales del siglo XIV el señorío de Ezcaray pertenecía a Pedro Manrique de Lara. A su muerte dejó en testamento a su esposa, Leonor de Castilla, el encargo de dar a su legítimo hijo, Pedro Gómez Manrique, Ezcaray y su valle con el mandato expreso de fundar mayorazgo con el nombre de señorío de Valdezcaray.

Fue el 13 de abril de 1477 cuando los Reyes Católicos autorizaron su creación por una Real Cédula. Definitivamente el mayorazgo de Valdezcaray quedaba fundado el 30 de enero de 1478.

Hoy los escudos de los señores de Ezcaray blasonan la galería principal de la Iglesia parroquial de “Santa María la Mayor”.

APOGEO DE LA INDUSTRIA TEXTIL

La  actividad tradicional del valle fue la ganadería lanar trashumante que se completaba con la elaboración de paños y la explotación de los recursos naturales del bosque (madera, hierro, carbón…). Las características geográficas de Ezcaray, con buenos pastos y cauces de agua facilitaron las condiciones precisas para una industria textil. Así, a partir del siglo XV, la villa de Ezcaray jugó un considerable papel en la economía española gracias a la industria textil, tal como demuestra la sentencia del pleito que el vecindario entabló en Valladolid en 1491 contra el señor de la villa y del valle, don Pedro Manrique de Lara. Según esta sentencia se autorizaba a los vecinos a teñir sus lanas donde quisieran y a edificar cuantos tintes particulares desearan. A cambio pagarían 20.000 maravedíes al año de renta al señor de la villa. Dicha cantidad nos da una idea del volumen que tenía la industria textil ezcarayense.

Otra demostración queda patente en la carta ejecutoria que el emperador Carlos V firmo en 1525. En la misma se dice que toda la lana que se producía en el valle de San Millán de la Cogolla era comprada por los vecinos de Ezcaray antes de 1510 con el propósito de trabajarla y tejerla.

SIGLOS XVII AL XIX

A lo largo de los siglos XVII y XVIII la importancia textil de la villa era notoria en toda España, pues eran muchos los fabricantes que acudían a sellar sus paños en Ezcaray antes de que salieran al mercado, culminándose con la creación de la Real Fábrica de Santa Bárbara

LA REAL FÁBRICA DE SANTA BÁRBARA

En 1752, el riojano marqués de la Ensenada apoyó mediante franquicias reales la creación de “La Real Fábrica de Santa Bárbara”, en honor de la reina doña Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI, de cuyo favor gozó la fábrica. Se construyeron dos grandes edificios dedicados a la manufacturación de paños y sarguetas, llegando a ser una de las mejores de España.

Poco después, en 1773, se solicitó al rey Don Carlos III el privilegio de Compañía General. Pasó a denominarse Compañía Real de San Carlos y Santa Bárbara en Ezcaray. En 1785 pasó a la Real Hacienda, hecho que supuso un nuevo resurgir de la actividad fabril de la villa. De esta época data el singular edifico de “El Fuerte” o el “Tinte”, como se le conoció en su época, que contaba con doce calderas y era incombustible.

La decadencia empezó a llegar a partir de 1808. Las consecuencias de la guerra de la independencia obligaron a emigrar a numerosos vecinos ante la falta de trabajo.

En 1845 la Real Fábrica cesó la actividad fabril. Pese a todo, a mediados del siglo XIX, existían 29 fábricas textiles que daban trabajo a unas mil personas.

Hoy, tras distintos planes de recuperación, los Edificios de la Real Fábrica acogen dependencias municipales, el Albergue de Ezcaray, el Ayuntamiento de la villa y el Real Teatro de Ezcaray, inaugurado por su Majestad La Reina Doña Sofía en 2012.

SIGLO XX Y ACTUALIDAD

El 9 de julio de 1916 se inauguró el ferrocarril de vía estrecha Haro y Ezcaray. Se dedicó al transporte de viajeros y de mercancías entre todas las localidades del trayecto y enlazaba con las líneas de RENFE. La competencia del transporte por carretera y su condición de vía estrecha provocó su desaparición.

El 16 de enero de 1964, el ferrocarril de Haro–Ezcaray prestó su último servicio al público, después de 47 años y medio de vida. Nos quedan los vestigios de la estación del ferrocarril como recuerdo, hoy rehabilitada como servicio de restauración. También la caja de la vía que sirve para que los paseantes disfruten con las bellezas del paisaje merced a la denominada “Vía Verde del Oja” que, acondicionada, constituye un aliciente más para los numerosos visitantes.

A mediados del pasado siglo se crearon las primeras cooperativas obreras de la madera, lo que generó el progresivo abandono de las actividades agropecuarias. Hoy algunos de los productos elaborados en Ezcaray nos muestran la tradición local en la fabricación de muebles junto al de otras empresas más especializadas (fabricación de butacas de cine, teatro, etc.), que hoy conforman la vanguardia nacional y son referencia en los mercados internacionales.
Es de destacar la importancia que tiene en la zona la fabricación de tejidos como mantas, totalmente artesanales y fabricadas con pura lana, lo que recuerda la importancia  que tuvo la Villa en la época dorada de la Mesta.
A finales de siglo XX y en la actualidad, el sector servicios (sobre todo el turismo) ha adquirido gran importancia y desarrollo por la presencia de la estación de esquí de Valdezcaray y también por la extraordinaria oferta gastronómica y hotelera que ofrece la villa.

La estación de esquí de Valdezcaray, se encuentra situada a 14 km. de Ezcaray. Remodeladas sus instalaciones en 2002 y con recientes equipamientos, la estación está preparada para dar cabida a 300.000 visitantes al año. Cuenta con 22 km esquiables (4 pistas verdes, 6 azules, 10 rojas, 2 negras y 2 amarillas), tres núcleos de servicios (cotas de 1550, 1620 y 1850),seis telesillas con capacidad para transportar a casi 15.000 esquiadores/horas, cañones de nieve artificial,Snow park,…

 

Esta estación de esquí y montaña hace realidad indiscutible el dicho:

EZCARAY TODO EL AÑO.

El municipio de Ezcaray se convirtió, el 28 de mayo de 1998, en la primera población de la Comunidad Autónoma de La Rioja declarada Municipio de Interés Turístico por reunir los recursos y atractivos suficientes para que esta villa y su entorno deleiten, en cualquier época del año, a cuantos la visiten.

 

Ezcaray ofrece innumerables posibilidades gastronómicas, basadas en una excelente materia prima y recetas guardadas por la tradición. A los restaurantes de cocina riojana y otros de elaborada cocina de autor se suma la oferta de una “gastronomía en pequeños bocados” servidos por los numerosos bares de pinchos con encanto.

 

Sean bienvenidos.